Consejos de pareja: las cuatro consultas más habituales
A lo largo de mi larga trayectoria profesional me he encontrado con miles de casos distintos, ya sea para mejorar la relación, consejos para mejorar en el día a día o simplemente para mejorar la gestión de los problemas de pareja. Cada una de estas historias es un mundo, y requiere de un tratamiento único basado en sus circunstancias concretas.
Sin embargo, muchas de ellas tienen un fondo muy parecido. He intentado recopilar las consultas más comunes y dar respuesta a algunas de las inquietudes que más suelen preocupar a las parejas que pasan por mi consulta.
Seguir adelante después de una infidelidad
Esta es una de las preguntas estrellas con las que solemos encontrarnos los que nos dedicamos a intentar ayudar a las relaciones de pareja.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que no se deben forzar las cosas. Si tienes la voluntad de perdonar, o tienes dudas, quizá debas poner algo de distancia. Una separación temporal puede servir para pensar las cosas más en frío y tomar la mejor decisión posible. No trates de engañar a tus sentimientos, y no hagas nada hasta que lo hayas pensado bien.
Si finalmente decides perdonar y continuar, debes tener en cuenta que no es fácil seguir viviendo tu historia de amor si no tienes una seguridad total en tu decisión. De nada vale perdonar si te va poseer el demonio de la desconfianza y los celos enfermizos. Al principio es normal que cuesta, pero deben acostumbrarse poco a poco y volver a la normalidad.
Respecto a la persona infiel, tiene que hacer un esfuerzo para que la pareja vuelva a confiar en que no volverá a suceder nada parecido. En circunstancias normales va a costar mucho y requiere mucho esfuerzo, pero es un error que has cometido y tienes que poner mucho empeño para superarlo. Esto es lo fundamental que la relación necesita para sobrevivir y que se recupere la confianza en la pareja.
Cualquier discusión acaba con gritos
Uno de los grandes problemas en la convivencia con una pareja es el del control de los conflictos. Esto nos puede llevar a que las discusiones cada vez se salgan más de tono, y acaben en situaciones desagradables como insultos. Además, cada vez se sucederán por los motivos más insignificantes.
Antes de explotar, plantearos por qué estáis discutiendo. ¿Merece realmente la pena? ¿Es tan grave como para faltar el respeto a la persona que quieres? Tal vez es un punto de vista un poco inocente, pues cuando alguien está nervioso no se para a plantearse estas cosas. Sin embargo, podéis hacerlo en el momento de la reconciliación, como ejercicio. Echar la vista atrás y pensar en lo sucedido.
Si tu pareja ya está fuera de control y la situación está yendo a más, es mejor esperar a que todo se enfríe. Trata de no avivar la llama, habla con evasivas o abandona el lugar de forma respetuosa, y espera que pase la tormenta. Se trata, como indica este artículo de La Opinión, de afrontar el conflicto desde la serenidad. Una vez vuelva la cordura, afrontad el problema y buscad soluciones desde la razón, si es necesario.
Encontrar soluciones para recuperar la pasión
Otra de esas consultas habituales. Han pasado los años, y la pasión ha disminuido. Atrás quedan esos tiempos de sexo desenfrenado y pasión sin medida, y ahora pasa largo tiempo entre una relación sexual y otra.
Tienen que tener en cuenta que las relaciones están en constante evolución, y cada momento tiene su etapa. Lo que quiero decir es que, lamentándolo mucho, esa pasión de los primeros años es posible que nunca más se vuelva a recuperar. Sin embargo, sí que podéis hacer un esfuerzo para no caer en la rutina y el aburrimiento, puesto esto os puede llevar a situaciones graves que acaben con corazones rotos y mucha tristeza.
Uno de los principales problemas es la falta de innovar y buscar nuevas emociones. Seguramente lleváis mucho tiempo haciendo lo mismo, en el mismo orden y en el mismo lugar, como si cada vez que hacéis el amor fuera algo normalizado y burocrático. Por lo tanto, el principal consejo que puedo ofrecer al respecto, es que rompáis con eso. Hay que tomar ciertos riesgos para poder superar esta situación, o no se acabará la rutina. Tal vez sea una buena idea optar por introducir nuevos elementos en el dormitorio, como juguetes sexuales o prácticas que no hayáis realizado antes.
Conflictos por vivir juntos
La convivencia es muy complicada. Cuando cada uno vive en un sitio diferente hay menos conflictos, cada uno tiene su espacio personal y hay muchas menos posibilidades de discutir. Pero cuando se vive bajo un mismo techo se multiplican los problemas, ya sea por asuntos de limpieza, orden, costumbres que no nos gustan etc.
Para que tengáis una bonita relación como la que queréis, hay que aprender a respetar y entender la forma de comportarse y vivir del otro. Una regla fundamental para que la historia de amor goce de una vida saludable es tratar de sugerir en lugar de exigir. Piénsalo de este modo, ¿por qué debes imponer tu punto de vista sobre el de la otra persona? ¿Por qué crees que tienes la razón sobre cómo se debe actuar?
La mejor solución para evitar estos problemas está clara: hablar. Conversad, y llegad a acuerdos que satisfagan a las dos partes. Aunque haya cosas que no os gustan, hay que ceder en algunas cuestiones. De esta forma, se llegará a un punto intermedio marcado por esas normas, a partir de las cuáles sí se podrá exigir su cumplimiento.
Espero que estas breves pinceladas sobre las consultas más comunes que me suelen realizar te puedan servir de ayuda. En cualquier caso, lo mejor es que si te encuentras en algunas de las situaciones descritas y no consigues revertir la situación, tratas de hablar con un especialista que te asesore de una manera mucho más concreta y personal.